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Honestamente no me gustan las despedidas, no me acostumbro después de 19 de años a que todo llega a su fin, y la verdad nunca creí que me doliera despedirme de un curso de la escuela.
Nunca he sido fan de mis maestros en ninguna de las escuelas que estuve, pues nunca me sentí identificada con ninguno, ni sentía ninguna emoción por lo que me enseñaban, la mayoría odiaba su trabajo como catedráticos y nos transmitían eso todo el tiempo así que realmente siempre me ponía de buenas al acabar un periodo con ellos. Pero, es muy cierto que en la universidad cambian muchas cosas, y nunca creí decir esto pero voy a extrañar esta clase y por muchas razones.
Al inicio del semestre estaba un poco atemorizada, todo lo desconocido asusta casi siempre y la verdad me daba miedo que fuera una clase más en mi vida en la que también perdería el interés tarde o temprano pero sin embargo yo sentí mi crecimiento como persona en cada clase, desde el momento en que empece a poner atención, desde que sabía que no quería faltar aunque la clase fuera a las 8 de la mañana e hiciera un chingo de frío. O sea prefería estar presente en la clase que quedarme en mi cama, y eso para mí es un paso enorme. Y no, no quiero decir que la clase fue la más maravillosa de la vida y que amé cada momento, por que no fue así. La verdad sufrí mucho con las lecturas y me queme el cerebro tratando de hacer mi romance y el soneto, pero fue un sufrimiento que nunca había sentido, y me gustaba sentir eso. Fue un poco de masoquismo creo yo, por que me encantó ver las cosas que hacía y de lo que yo no me creía capaz. Nunca pensé que yo iba a poder escribir cosas como las que escribí en mis poemas, y la verdad no sabía que podía tener un posible talento oculto ( la verdad me siento muy orgullosa de mis poemas, aunque sé que no fueron los mejores de la clase). Al escribirlos me dejaban una sensación de satisfacción y pude plasmar muchas cosas que me duelen en ellos de una forma especial, y definitivamente fue mi parte favorita del curso, por qué me descubrí a mi misma en una forma que ni siquiera yo conocía y ni sabía que podía existir.
En cuánto al ambiente en el salón, siempre me pareció muy cálido y aunque no participé mucho en clase, yo me sentía muy agusto con la vibra de todos y aprendí muchísimo de cada uno. La verdad es que admiro mucho a los que estudian literatura, creo que son unos artistas de pies a cabeza y me hubiera gustado convivir más con todos y conocerlos mejor. La parte que pude ver de cada uno fue una experiencia muy linda.
Tengo que admitir que algunas veces me sentí un poco frustrada por qué nunca supe cuál era mi voz en la escritura, ni mi estilo, ni nada de los aspectos que querías que reflejáramos en el blog. Eso fue un dolor de cabeza para mí, pero de verdad espero encontrarlo algún día.
También me molesté algunas veces por qué sentía que no se apreciaba mi esfuerzo, mis lágrimas y mi sudor en mis publicaciones del blog, fue algo que me detenía algunas veces y me presioné mucho a mi misma debido a mis resultados pero, me di cuenta de que en serio di lo mejor de mi en cada cosa de está clase y fue más que suficiente para mí en todos los sentidos. Estoy muy agradecida por todas las enseñanzas que me llevo, por la música, las risas, las frustraciones, el estrés, los enojos y el gran aprendizaje y descubrimiento que me llevo de mi misma y de la materia por supuesto.
Infinitas gracias por estos meses llenos de retos y experiencias nuevas que siempre llevaré conmigo.
Nunca he sido fan de mis maestros en ninguna de las escuelas que estuve, pues nunca me sentí identificada con ninguno, ni sentía ninguna emoción por lo que me enseñaban, la mayoría odiaba su trabajo como catedráticos y nos transmitían eso todo el tiempo así que realmente siempre me ponía de buenas al acabar un periodo con ellos. Pero, es muy cierto que en la universidad cambian muchas cosas, y nunca creí decir esto pero voy a extrañar esta clase y por muchas razones.
Al inicio del semestre estaba un poco atemorizada, todo lo desconocido asusta casi siempre y la verdad me daba miedo que fuera una clase más en mi vida en la que también perdería el interés tarde o temprano pero sin embargo yo sentí mi crecimiento como persona en cada clase, desde el momento en que empece a poner atención, desde que sabía que no quería faltar aunque la clase fuera a las 8 de la mañana e hiciera un chingo de frío. O sea prefería estar presente en la clase que quedarme en mi cama, y eso para mí es un paso enorme. Y no, no quiero decir que la clase fue la más maravillosa de la vida y que amé cada momento, por que no fue así. La verdad sufrí mucho con las lecturas y me queme el cerebro tratando de hacer mi romance y el soneto, pero fue un sufrimiento que nunca había sentido, y me gustaba sentir eso. Fue un poco de masoquismo creo yo, por que me encantó ver las cosas que hacía y de lo que yo no me creía capaz. Nunca pensé que yo iba a poder escribir cosas como las que escribí en mis poemas, y la verdad no sabía que podía tener un posible talento oculto ( la verdad me siento muy orgullosa de mis poemas, aunque sé que no fueron los mejores de la clase). Al escribirlos me dejaban una sensación de satisfacción y pude plasmar muchas cosas que me duelen en ellos de una forma especial, y definitivamente fue mi parte favorita del curso, por qué me descubrí a mi misma en una forma que ni siquiera yo conocía y ni sabía que podía existir.
En cuánto al ambiente en el salón, siempre me pareció muy cálido y aunque no participé mucho en clase, yo me sentía muy agusto con la vibra de todos y aprendí muchísimo de cada uno. La verdad es que admiro mucho a los que estudian literatura, creo que son unos artistas de pies a cabeza y me hubiera gustado convivir más con todos y conocerlos mejor. La parte que pude ver de cada uno fue una experiencia muy linda.
Tengo que admitir que algunas veces me sentí un poco frustrada por qué nunca supe cuál era mi voz en la escritura, ni mi estilo, ni nada de los aspectos que querías que reflejáramos en el blog. Eso fue un dolor de cabeza para mí, pero de verdad espero encontrarlo algún día.
También me molesté algunas veces por qué sentía que no se apreciaba mi esfuerzo, mis lágrimas y mi sudor en mis publicaciones del blog, fue algo que me detenía algunas veces y me presioné mucho a mi misma debido a mis resultados pero, me di cuenta de que en serio di lo mejor de mi en cada cosa de está clase y fue más que suficiente para mí en todos los sentidos. Estoy muy agradecida por todas las enseñanzas que me llevo, por la música, las risas, las frustraciones, el estrés, los enojos y el gran aprendizaje y descubrimiento que me llevo de mi misma y de la materia por supuesto.
Infinitas gracias por estos meses llenos de retos y experiencias nuevas que siempre llevaré conmigo.
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